lunes, 22 de diciembre de 2014

Neto héroe y dios de los Brigantes hispanios conquistadores de Irlanda


                                      Publicado en El Correo Gallego (21, 12, 2014)
R. Sainero. 
Emeritus Professor. Academic, for invitation, of the Institute for Education and Research.
El mundo de las meigas , de los lagos encantados, de las aguas milagrosas, de las rocas con poderes mágicos, de los seres invisibles… es un tema bien conocido en Galicia. Estas creencias se considera que pueden venir en mayor o menor parte del mundo celta primitivo y podríamos añadir también de las tradiciones indoeuropeas. Una de estas creencias podría ser la del dios de la guerra Neto que podría guardar cierta relación con el héroe de la guerra Muneto que aparece en el manuscrito irlandés Annales Hiberniae (s. XIV) que recopila textos anterioes y nos lo menciona unas veces con el nombre del guerrero Muneto irlandés y otras con el del guerrero Milonis de Hispania (Mil na Spain en otros manuscritos). Un dios y un guerreo que, una vez más, tendría sus orígenes en las fuentes míticas que aparecen en los primitivos manuscritos del Occidente Atlántico.
Sus orígenes se encuentran lejos de Galicia. En la ciudad granadina de  Guadix (Granada), próxima a la cuenca del río Guadalquivir zona habitada por los primitivos celtici. Aquí se ha encontrado una inscripción latina que menciona al dios Neto y sería el escritor clásico Macrobio, en el s. IV d. C., al citar a los habitantes de Guadix, los accitanos, quien mencione al dios Neto como dios de los accitanos al que veneraban con actos religiosos: “ Accitani etiam, Hispana gens, simulacrum Martis radiis ornatum maxima religione celebrant, Neton uocantes ("los accitanos, tribu hispana, celebran con la mayor religión a un dios parecido a Marte que llaman Neto"). Sabemos que Marte era el dios de la guerra romano.
El investigador alemán A. Shulten en su obra Tartessos, 1923,  cita al dios de la guerra irlandés, Neid o Neith, como originario de la Península Ibérica. Pero no sería Shulten el primero en relacionar al dios Neid  irlandés con el dios Neto hispano. En 1883 Bernardino Martín, profesor de lenguas indoeuropeas de la universidad de Valladolid, en su libro Los celtas: estudio histórico literario, nos ofrece un estudio detallado de este dios celta y de sus posibles orígenes en Hispania y Egipto. Para Bernardino Martín tendría su origen en el dios egipcio Neith, que en Egipto sería diosa y no dios. También, según sus estudios,  Neto fue adorado en el sur de Hispania y en Galicia, en este último lugar por “la gente pintónica””que serían los pictos, que como consideramos en nuestros estudios serían originarios de Tracia, próximos a Grecia, en el Mar Negro y pobladores de Irlanda y Escocia.
En la Geografía del escritor hispano-romano Pomponio Mela (s. I d. C.) y en la Historia de Plinio (s. I. d. C.) se nos dice que las costas occidentales gallegas estaban habitadas por los celtici (keltikoi en griego), pueblo que también está localizado siglos antes en la zona del Guadalquivir por Heródoto (s. V a. C.). Por lo que es lógico pensar en una emigración celta de sur a norte. El historiador y geógrafo griego Estrabón (s. I a. C. ), localiza a los celtici o keltikoi en la zona suroeste de la península y en la zona de Galicia (noroeste). Esto nos hace pensar que el dios celta Neto de los accitanos sería llevado por  los celtici o los mismos accitanos u otro clan celta desde la zona sur hasta Galicia y desde allí a las Islas Británicas por los habitantes de Galicia y el Cantábrico, capitaneados por los hijos de Mil, Milonis o Mu-neto como veremos a continuación. Este Mil o Muneto será conocido como el milesio hispano en la tradición histórica o pseudo-histórica de las crónicas y anales irlandeses. Pero tenemos más información importante al respecto, en 1985 J. Fernández y R. Olmos dieron a  conocer una inscripción griega hallada sobre un vaso en la desembocadura del río Guadalquivir en Huelva. Vaso considerado por los especialistas del periodo Tartéssico final II (590-570 a. C.). La palabra Niethoi, en dativo que aparece en el vaso, sería el primer teónimo tartésico conocido del dios o héroe Neto. Se considera que los signos de escritura de la inscripción fueron los de un escriba conocedor del jonio y su escritura muestra una clara relación con la escritura de las colonias griegas de Naukratis y Miletos. Siendo el Milesio (Milonis, o Muneto) hispano, nieto del rey Breogán de Brigantia (A Coruña), padre de los conquistadores de Irlanda, llamado así, para algunos especialistas, por ser originario o provenir de la ciudad griega de Miletos (ver Sainero: Los orígenes celtas del reino de Brigantia, pp. 118-120 y pp. 190-192. Ed. Abada. Madrid).   En los Annales Hibernia irlandeses tenemos la siguiete cita referente a este Muneto :
2. Muneto hijo (originario) de Escitia y grecia con cuatro hijos y gran cantidad de gente vino (“Munetuhuis, filisu Sithiae, e Graecia cum quatuor filiis et ingenti clase hic venit…”) Annales Hiberniae, 2.
4. hijos del rey Milesio (Mil), 60 navíos a Hibernia llevaron, fueron dos (hermanos) Hiberos y Heremos los que la región dividieron en dos partes (“Milonis regis cujusdam 4 filii, cum 60 navibus in Hybernian appulerunt, fórum duo  majores Hiberos e Heremos regionem universam in duas dividerunt partes”). Annales Hiberniae, 4.

sábado, 20 de diciembre de 2014

El camino herculeano a Galicia después del Diluvio


Publicado en El Correo Gallego (21, 12, 2014)
 

R. Sainero. 
Emeritus Professor. Academic, for invitation, of the Institute for Education and Research.


El Diluvio, aparte de la información de carácter religioso que nos ofrece la Biblia (Génesis),  para ciertos investigadores  sería mencionado por primera vez en los escritos mesopotámicos  del s. XVIII a. C.  en el poema de “Gilgamesh”.  Según los expertos este poema nos dice que los dioses al ver la depravación a la que se habían desviado los seres humanos deciden destruirlos y para ello crean un gran diluvio. Pero Uta-na-pistim es advertido por los dioses y le piden que construya un barco en el que deberá de llevar parejas de animales y semillas de plantas para cuando las aguas cesen poder volver a repoblar la tierra una gente mejor. Así lo hace y después de incesantes lluvias que cubrirán toda la tierra llega la calma, cuando ve que las aguas han bajado soltará un ave para que le averigüe si hay tierra firme. También tenemos un relato de la  mitología griega en el que el dios Zeus decide castigar a los seres humanos y crea un gran diluvio para que mueran todos ahogados. Pero  Prometeo avisa a su hijo Deucalión y le dice que construya un arca en el que junto con su esposa lograrán salvarse y serán los únicos supervivientes.
Como hecho histórico  tendría su razón de ser en un cataclismo geográfico.  Se considera por historiadores y geólogos que pudo existir una repentina inundación del mar Negro, que en la era glacial había sido un lago cuyas aguas estarían por debajo del nivel del mar. Al terminar las glaciaciones y derretirse el hielo de los océanos  estos aumentaron de nivel y es por ello que el mar Mediterráneo y el mar Egeo subieron de nivel sobrepasando la estrecha franja que les separaba del gran lago inundándolo. Una expedición submarina de la revista geográfica norteamericana National Geographic descubrío hace unos años en las profundidades del mar Negro, cerca de las costas de Turquía,  los restos de una ciudad del año 5000 antes de Cristo. El hallazgo de National Geographic puede ofrecer una base científica al relato del diluvio.
El manuscrito irlandés Leabhar gabhála (Libro de las Invasiones,) recoge en parte el relato del Génesis. Será Noé, por orden de Dios el constructor del arca salvador, pero ofrece algo nuevo inexistente en los anteriores relatos: un camino mágico de salvación que terminará en los confines de la tierra conocida donde se oculta el sol, el lugar más occidental conocido por los griegos y otros pueblos de Oriente Medio, este lugar se encontrará en los confines de Hispania e Irlanda, en los acantilados occidentales de Galicia, quizás en San Andrés de Teixido, y en los acantilados de la isla irlandés de Aran More, quizás en el templo solar de Dun Aengus. Más allá estará  el océano y al final de las aguas la puesta del sol donde se encuentra la tierra de la vida eterna . Estos lugares, en época anteriores al nacimiento de Jesús, pudieron ser centros de peregrinaje de diferentes pueblos que a través del Mediterráneo deseaban llegar hasta las mismas puertas de la tierra del  Más Allá donde nadie podía morir.  El primer dato histórico o pseudo-histórico de la presencia de este camino mágico en Galicia quedaría inmortalizado en A Coruña en la Torre de Hércules, asociada al camino mágico que siguió Hércules en su viaje a Hispania para robarle los toros a Gerión.  Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.), en sus Noticias maravillosas (837, a, 7) nos describe un camino mágico que atraviesa el sur de Europa de este a oeste hasta Hispania y por el que los peregrinos al transitarlo debían de ser ayudados en sus necesidades por las gentes del lugar, demostrando Aristóteles que la existencia de este primitivo camino no son meras conjeturas. A este primitivo camino podemos asociar el primitivo camino migratorio seguido por las gentes del Mar Negro y Anatolia y sincronizar estas primitivas migraciones con el mencionado diluvio universal o con las terribles invasiones de los Pueblos del Mar que se extendieron como una mancha de aceite por el Mediterráneo en el  1200 a. C. desde las costas orientales del Mediterráneo.
Este camino mágico hasta Hispania posteriormente se extendería hasta Irlanda. Ateniéndonos a las explicaciones del mencionado  manuscrito irlandés, poco antes del diluvio Cesair, nieta de Noé, no acepta morir ahogada y concibe la idea de construir su propio barco. El lugar soñado será una isla mágica mencionado por los magos. Se encuentra en los confines de la tierra donde se oculta el sol. Navegando con un grupo de incondicionales, atravesó el mediterráneo, rodeó el codo noroccidental de Hispania y llegó a la isla soñada.  

  
Pese a todos sus esfuerzos cuando el diluvio llegó también cubrió Irlanda y el clan de Cesair pereció ahogado. ¿Por qué los magos le habían asegurado a Cesair que Irlanda era el lugar del mundo donde podrían salvarse del diluvio? Podemos pensar  que es el comienzo en las creencias de la isla de la vida eterna, el Tir na nóg celta, la isla de Ávalon,  una isla mágica en la que nadie envejece ni puede morir situada en los confines de la tierra donde se oculta el sol, posiblemente relacionada con los cultos solares de los escitas y los celtas (Sainero: Leabhar Gabhála, 36).