sábado, 22 de marzo de 2014

La Cultura común de la Unión Europea




                          LA PRIMITIVA CULTURA COMÚN
                                              Texto: Ramón Sainero
                                  Director del Instituto de Estudios Celtas
“Usted sostiene que en estos momentos Alemania está llevando a cabo casi al pie de la letra  el plan económico que en 1936 anunció Walter Funk , el ministro de economía nazi”.
SABÍAS QUE: Estas palabras aparecen en una entrevista realizada en El mundo (15 de junio, 2013) a Paolo Savona , Presidente del Fondo Interbancario de Tutela de los Depósitos.  Savona considera que Alemania ha intentado hasta ahora sin éxito ser el centro industrial, económico y monetario de Europa, primero con dos guerras mundiales y ahora dentro de la Unión Europea, en plena crisis y de forma pacífica, con el fortalecimiento de Alemania frente a los países del Mediterráneo.  La solución, según Savona,  para evitar que los países de la zona sur de la Unión europea pierdan su industria y queden reducidos a ser el sector turístico y mano de obra para Alemania, que era lo que deseaba Funk, es crear una cultura propia entre estos países. Savona ofrece una solución cultural para lograr la unión política de estos países europeos y dice: “¿Por qué España, Italia y Francia no hacen ya un frente común? Por una cuestión cultural. No creo que España aún siendo un país más próximo  a Italia de lo que es Alemania, esté muy interesado en hacer un frente común con nosotros… Pero España, Italia y Francia se tienen que dar cuenta de que juntos  forman un núcleo constitutivo importante para crear la verdadera unión política europea. Si no lo hacen así las condiciones las impone Alemania, y son las condiciones de Walter Funk.”  Por ello la solución pasa por: “invertir en educación , que en la escuela se promueva la integración europea. Si comenzamos ahora en 20 años tendremos una Europa unida”.
Frente a lo anterior, la pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿qué podemos y debemos enseñar en los centros de enseñanza de estos países para lograr una unión cultural creíble y duradera? Considero que la respuesta la tenemos en la cultura ancestral común que aparece en multitud de pruebas históricas concernientes a los orígenes históricos y culturales del Occidente Atlántico provenientes de pueblos indoeuropeos llegados por el Mediterráneo. Una cultura milenaria ateniéndonos al catedrático alemán Adolf Schulten (Tartessos, 33): “Yo he demostrado  que al sur de Portugal, en el Imperio de Tartessos, se encuentra en estelas funerarias una escritura griega  arcaica que procede del Asia Menor y es de hacia 800 a. de J. C., es decir que puede corresponder a los Tirsenos”. Según algunos estudios actuales los orígenes de la lengua celta más antigua que conocemos se encuentran en Tartessos, sostenido por profesores de las universidades de Gales y Oxford entre otros, y el pueblo más antiguo que también conocemos en el Occidente Atlántico podría ser Brigantia (actual A Coruña-Betanzos). Tanto tartesios, como brigantes y tirsenos muestran una herencia cultural común, exportada posteriormente a las Islas Británicas, que les identifica frente a otras culturas. Esta herencia por los estudios, arqueológicos, históricos y lingüísticos que poseemos nos hablan de elementos comunes desde la zona de la desembocadura del Danubio en la Tracia a orillas del Mar Negro, al norte de Grecia, pasando por Grecia, Italia, Península Ibérica, Francia e Islas Británicas.
Los escribas primitivos mencionaban a este pueblo, o serie de pueblos hermanos, bajo los nombres de “escitas” “milesios” o “escotos”. Si las fuentes históricas que poseemos los hubieran  llamado con un mismo nombre, tal vez  “griegos”, “fenicios” o “celtas”, hoy en día los especialistas que no han profundizado en la totalidad de las pruebas encontradas tendrían menos dudas respecto a su existencia.  Han existido y existen investigadores completamente convencidos de la existencia real de los escotos o brigantes en España e Irlanda, fueran brigantes, escotos, escitas o celtas,  y de su conquista de Irlanda, como es el ejemplo del catedrático e historiador irlandés E. O’Curry (Manners and Customs of the Ancient Irish), mientras que para otros estudiosos la existencia de estos  es totalmente ficticia, como podemos poner por caso a E. Macneill (Celtic Ireland). También existen aquellos que se encuentran dudosos entre ambas teorías. Pero hoy en día considero que tenemos pruebas más que suficientes para considerar seriamente esta teoría, profundizar en su estudio y rebatir las políticas patrioteras de ciertos especialistas formados en la cultura alemana o anglosajona que se niegan a admitir pruebas que parecen evidentes.  Si todo lo que hemos  dicho aunque brevemente en este artículo es reconocido (Ver mi libro The Celts, Historical and Cultural Origins of Atlantic Europe. Academic Press, USA), a Brigantia como centro histórico y cultural de la Galicia ancestral le cabe el honor de ser un punto central en esta cultura primitiva de la Unión Europea.