El origen de los celtas
R. Sainero.
Emeritus Professor. Academic, for invitation, of the Institute for Education and Research.
Hoy en día se sigue manteniendo
la teoría de que los celtas, o por lo menos la civilización celta, tuvieron su
origen en el centro de Europa indicándose un lugar de Austria, Halstatt, como
uno de los lugares que más información nos ha aportado sobre su origen. Parece
evidente que centro Europa fue un lugar de asentamiento celta clave, a partir
del cual se irradió la cultura celta,
pero esto no tiene que indicar como hecho irrefutable que el origen de
los celtas, o el origen de su cultura, tuviera que ser forzosamente en aquella
zona de Europa. El río Danubio y el mar Mediterráneo bien pudieron ser lugares
por los que esta ola invasora pudiera adentrarse en Europa, y no debemos
descartar dicha posibilidad.
En la desembocadura del río Danubio, en
los alrededores del Mar Negro y al final oriental del Mediterráneo tenemos
restos artísticos, culturales y arqueológicos, algunos anteriores al s. vii a.
C., que nos hablan de un pueblo o serie de pueblos con religión y cultura
parecida. Los habitantes más próximos a ellos en aquella época, los griegos,
los llamaban escitas y son muchas las hipótesis que apuntan a que la cultura
celta estuviera influenciada por ellos en sus orígenes, pese a que
posteriormente desarrollara formas más complejas. Son estos “escitas”,
‘presumiblemente habitantes próximos a la desembocadura del río Danubio en el
Mar Negro, los que según los manuscritos
primitivos celtas como el Leabhar Gabhála (Libro de las Invasiones), viajando a través del Mediterráneo se asentarían
primero en Grecia, luego en Egipto, posteriormente en España y finalmente en
Irlanda. Siendo sus descendientes los que crearan los primitivos reinos celtas
de España e Irlanda. Hasta el momento dicho libro se ha considerado por muchos
especialistas como una historia fabulosa llena de invenciones. Vamos a ofrecer
una serie de datos sorprendentes sobre este tema que quizá puedan mostrar como
muchos acontecimientos históricos que nos presenta dicho manuscrito no han sido
pura invención y que además nos pueden aportar una interpretación histórica y
literaria mucho más veraz de lo que se pensaba.
En 1946 el especialista irlandés T.
F. O´Rahilly afirmaba en su libro Early
Irish History and Myhology (Primitiva
historia y mitología de Irlanda) al referirse a la primitiva historia de
Irlanda que tanto las invasiones de los Tuatha De Danann como la de los Hijos
de Mil de España eran falsas, pura invención de los escribas. Por desgracia no
ofrecía un estudio profundo de su razonamiento con explicaciones bien
documentadas que sustentasen dicha teoría. Lo mismo que O´Rahilly han existido
y existen otros especialistas que sustentan su punto de vista. No obstante los
trabajos de Dumezil y de otros investigadores sobre los escitas y el mundo
celta con gran profusión de datos, unos más creibles que otros, vuelven a entre
abrir las puertas de ese recóndito mundo céltico sumergido en las brumas del
tiempo, y nos invita a adentrarnos en su interior. Como una comparación digna
de ser considerada podemos ver como suevos, vándalos, alanos, visigodos,
sarmatians y otros pueblos “bárbaros” serían los encargados a partir del s. II
despues de C. de derrumbar las fronteras del imperio romano. El origen de todos
ellos los especialistas lo centran, en un momento de la história, en las
llanuras al norte del Mar Negro o próximos a ellas desde donde algunos como los
visigodos y los sármatas invadirán el centro de Europa, llegando incluso a las
Islas Británicas. Otros por el norte de África, como los vándalos y alanos
llegarán a Hispania, siendo estos últimos originarios del norte del Causo,
territorio habitado por los escitas desde hace más de 1500 años. Serán pueblos
nómadas con ejércitos formados por
hábiles jinetes y guerreros que conquistarán Europa asimilando poco a poco la
religión y costumbres de los sometidos creando una civilización nueva.
Nuestra comparación respecto a lo
anteriormente expuesto es la siguiente: Aproximadamente mil doscientos años
antes los pueblos asentados en las llanuras al norte del Mar Caucaso, los
escitas u otros pueblos próximos a ellos asentados en Grecia o Asia Menor,
también nómadas y hábiles guerreros y jinetes, por los indicios que poseemos
pudieron conquistar algunos territorios de Europa y asimilando la cultura de los
sometidos crear una civilización nueva: la civilización celta, sin que podamos
decir por ello que esta civilización fue creada por los escitas, los griegos o
los fenicios que también pudieron ser escasos en número. Y lo mismo podríamos
decir de la invasión musulmana de Hispania, muy escasa en hombres aunque no en
cultura, con los resultados posteriores que todos conocemos como es en el caso
del arte mazárabe (ver R. Sainero: Los
orígenes celtas del reino de Brigantia: la génesis de España, Ed. Abada
(Madrid), 2007.