10.04.2011(El Correo Gallego): La huella histórica y cultural de Galicia
Ramón Sainero
Galicia se encuentra en una encrucijada
de mares y contrastes, muchos han sido los pueblos que durante siglos
bordeando el cabo Ortegal han pasado en sus frágiles embarcaciones y han
recabado cobijo en el antiquísimo puerto de Bares, fundado por los
fenicios según los estudios realizados. Algunos de aquellos pueblos, con
sus mujeres y niños, se asentaron en esta zona del Occidente Atlántico
aportando con ellos nuevas formas de vivir. Siglos más tarde cuando
Europa se dividió en naciones las rutas oceánicas siguieron siendo
utilizadas pero de forma muy diferente. Los navíos podían y pueden
seguir atracando en Vigo, A Coruña y otros puertos gallegos, pero no
pueden llevar nuevas gentes que desembarquen y creen nuevos
asentamientos y reinos.
Celtas, fenicios, iberos,
romanos, árabes, visigodos, suevos y algunos más desembarcaron en sus
costas y establecieron nuevos núcleos de asentamientos. Pero todo
aquello fue a costa de violencia, puesto que cada asentamiento primitivo
se realizaba por la fuerza de las armas y muchos de sus habitantes
murieron luchando o fueron convertidos en esclavos. Bástenos recordar
las Guerrás Cántabras y la enorme crueldad mostrada por los romanos en
sus conquistas. Pero ese legado histórico y cultural no ha muerto, el
ADN de los gallegos como el del resto de los españoles y portugueses así
lo atestigua. También la lengua muestra una huella histórica y cultural
en la forma de hablar cada habitante de la Península Ibérica. Todos
hablamos una lengua común, el latín. Pero según sea la región y según
haya sido su lengua autóctona anterior al latín, la lengua hablada en la
actualidad difiere notablemente de unos lugares a otros. El latín de
Galicia, difiere del castellano y el gallego difiere del portugués y el
catalán difiere de las anteriores, en mayor o menor proporción según
haya sido la relación de unas lenguas con otras. La lengua celta, la
lengua ibera y alguna otra lengua como el griego antiguo o el fenicio,
desaparecidas todas hoy en día, han dejado su marca en las lenguas que
hablamos actualmente. Al mezclarse con el latín ofrecieron rasgos
distitintivos y diferenciadores las unas de las otras. La lengua vasca,
no latina, como lengua hablada hoy en día ha mostrado y muestra también
una clara influencia en el español.
A modo de
ejemplo podemos poner la lengua inglesa que es muy diferente del
español, del gallego, del catalán o del latín. Pero sabemos que
aproximadamente el 55 por ciento de las palabras inglesas son de origen
latino, debido en gran parte a que los normandos conquistaron Inglaterra
e impusieron su lengua, el francés, que como sabemos es una evolución
del latín. El francés de los normandos era la lengua hablada por la
clase dominante y el pueblo llano siguió hablando anglosajón. Poco a
poco ambas lenguas confluyeron y se convirtieron en una sola por lo que
tenemos actualmente una lengua diferente de las dos anteriores: el
inglés. Tomemos como ejemplo la palabra inglesa street, calle, que tiene
su origen en la palabra latina strata y que en gallego aparece como
estrada. O la palabra inglesa water que en castellano aparece como agua,
en gallego como auga y en latín como aqua. Son muchos los ejemplos que
podemos ofrecer.
Podemos ir más lejos todavía y
mostrar con topónimos (antiguos nombres de lugar), la huella histórica y
cultural de zonas de Galicia relacionadas con lugares muy lejanos. La
región de los bergantinos y la ciudad de Brigantia (A Coruña-Betanzos),
muestran en sus nombres una estrecha relación con las ciudades de Braga y
Braganza en Portugal y otros lugares en Asturias y la costa occidental
hispana de lo que hablo con más detenimiento en mi libro Los orígenes
celtas del reino de Brigantia (ed. Akal). Pero mucho más lejos incluso
tenemos una Brigantia conocida ya por los romanos en Austria. Y puestos a
irnos un poco más lejos nos encontramos con el pueblo de los brigos o
brigios, que nos recuerdan a los brigantinos de A Coruña, y que
existieron en las zonas al norte de Grecia próximas al Mar Negro, en la
primitiva Tracia por debajo de la cuenca del Danubio, en cuyo territorio
nos dejaron ciudades como Bregedaba que nos recuerdan los
emplazamientos de brega- o briga- en la Península Ibérica, como son los
ya mencionados: Braga-, Braganza, Brigantia entre otros muchos. Siendo
Brigantia, según nos dicen los anales y manuscritos medievales, la
ciudad fundada por Breogán en la zona de A Coruña.
¿Existe un
razonamiento histórico, serio y bien documentado sobre estas posibles
relaciones? Considero que nuestra respuesta es sí. Pero este es otro
tema, realmente apasionante, del que hablaremos próximamente y muchas
serán las sorpresas que espero podremos aportar.