lunes, 28 de julio de 2014

Los Manuscritos olvidados del Occidente Atlántico


13.03.2011 (El Correo Gallego)

RAMÓN SAINERO 

 Emeritus Professor. Academic, for invitation, of the Athens Institute of Education and Research

La existencia de los celtas en Galicia y otras partes de la Península Ibérica ha sido y es defendida con gran firmeza y apasionamiento por una parte de los especialistas y negada con la misma firmeza y apasionamiento por otros. Hoy no me voy a poner a defender o rebatir dicha argumentación, pero partiendo de este punto y para comprender mejor la situación de los estudios históricos vamos a ver brevemente la problemática histórica y política de los manuscritos celtas y las crónicas medievales en los países donde fueron escritos y quizás así podamos en la medida de lo posible clarificar la situación.
Para este cometido nos basta solamente con tomar un ejemplo de uno de estos manuscritos. Uno de los considerados como más fantasioso y menos creíble es la Historia Regum Britanniae (Historia del reino de Bretaña, 1136) de Gaufridi Monemutensis (Geoffrey de Monmouth), que durante los cuatro siglos posteriores a su publicación fue muy conocido y apreciado por los historiadores y eruditos europeos. La pregunta que nos podemos hacer es la siguiente ¿Por qué hoy en día los historiadores mayoritariamente lo consideran un libro lleno de falsedades, eminentemente literario y mitológico, pero no histórico? La respuesta que nos ofrece Mike Gascoine ("Why All The Fuss About Geoffrey?"), puede ser altamente clarificadora. Según sus estudios y consideraciones fue Enrique VIII, debido a su enfrentamiento con Roma, el causante del desprestigio de la obra de Geoffrey . Podríamos añadir a las consideraciones de Gascoine que dicho desprestigio también se extendió a todas las obras escritas por autores de las Islas Británicas que no fueran anglosajones y por ello Enrique VIII mandó escribir su propia historia de Inglaterra.
Podemos comprobar hoy en día como tratados históricos como los de Gildas: Excidio et conquestu Britannia, (Destrucción y conquista de Bretaña, s. VI) y Nennius: Historia Brittonum (Historia de los britanos, s. IX), ambos cronistas y anticuarios del primitivo mundo britano, que hablaban del origen hispano de los milesios de Brigantia conquistadores de Irlanda son puestos en duda e incluso rechazados por muchos especialistas, no así la Historia eclesiastica gentis anglorum (Historia eclesiástica del pueblo inglés) del erudito anglosajón Beda el Venerable (s. VIII), o la Anglo Saxon Chronicle (Crónica anglo-sajona) del Rey Alfredo (s. IX), también anglosajón. Los manuscritos escritos por cronistas irlandeses no correrían mejor suerte, los escotos irlandeses llegados desde España a Irlanda e Inglaterra en épocas remotas, tal y como nos dicen los manuscritos, eran oriundos de un país católico en la época de Enrique VIII y por tanto bajo la influencia de Roma, por lo que su influencia podía resultar perjudicial para los intereses del rey.
Aunque admitimos que no todo lo que dicen estos manuscritos goza de nuestra confianza y admitimos la existencia de muchas exageraciones e invenciones en ellos, la propaganda fue tan bien realizada y tan eficaz que buena parte de los eruditos británicos, irlandeses, italianos, españoles y de otros países occidentales apoyarían hasta hoy en día la nueva historia creada por el rey anglosajón.
Pero el erudito artífice de semejante trabajo "histórico" no fue un anglosajón, sorprendentemente fue un monje de origen italiano asentado en la corte de Enrique VIII. Me refiero a Polydore Vergil (1470-1555), de nombre original Polidoro Virgilio, quien después de estudiar en Padua y ser nombrado sacerdote en 1502 se trasladó a Inglaterra, con el cargo de recaudar el tributo del Papa, y en 1508 fue nombrado archidiácono de Gales, donde gozó de grandes favores primero en el breve reinado de Enrique VII y después en el de Enrique VIII. Su sintonía con la realeza británica le llevaría a ser encomendado por el rey el escribir una historia de Inglaterra, por lo que debemos de pensar que se encontraría atrapado entre su lealtad a la Iglesia de Roma y su lealtad al rey. Es muy significativo que después de seis años de trabajo publicara en 1534 su Anglica Historia (en 25 volúmenes), el mismo año que el parlamento inglés aprobaba el Act of Supremacy en el que declaraba a Enrique VIII cabeza suprema de la Iglesia Cristiana en Inglaterra y por lo tanto dejaba de acatar la sumisión al papa de Roma, acuerdo que sigue en vigor en nuestros días y por esta razón un católico no puede ser rey de Inglaterra. También es muy significativo que pocos años antes de publicar su Anglica Historia Polydore fuera encarcelado por orden real, bajo las acusaciones del Cardenal Wolsey, defensor en los años siguientes del cisma religioso favorable al rey, y que después de cierto tiempo en prisión fuera liberado y devuelto a todos sus cargos. Todavía es más significativo que la obra la gestara en los últimos seis años de confrontación del rey con la Iglesia de Roma. En 1527 el rey acuerda deshacer su matrimonio con Catalina de Aragón, un año más tarde Polydore comienza a preparar su Historia. Una vez publicada la Anglica Historia sería en el s. XVI el libro de estudio obligatorio en todos los colegios de Inglaterra. 16 años mas tarde de publicar su obra Polydore abandonaba definitivamente Inglaterra para volver a su Italia natal, moría en Urbino en 1555, después de haber consumado una labor que no puede ser por menos que criticada y hasta lamentada. Lo más sorprendente de todo es que fuera un extranjero del cálido Mediterráneo el que desmontara la historia creída hasta aquel momento que conectaba los orígenes de las Islas Británicas con los pueblos del Mediterráneo. Desde entonces y hasta nuestros días la historia creíble y digna de ser considerada empieza con la retirada de los romanos y la invasión anglosajona de Inglaterra, lo anterior es pura mitología. La pregunta que nos podemos hacer es la siguiente: ¿Cuántos manuscritos pudieron ser destruidos en Inglaterra e Irlanda por los apasionados dirigentes y simpatizantes anglosajones que deseaban una sola identidad cultural y una historia monocolor?
Este proceso de limpieza étnica no sucedió de repente. Sucedió poco a poco y ha sido ayudado por los defensores de la evolución que prefieren eliminar cualquier historia que pudiera remontarse hasta Bruto en el s. 11 a. C., o incluso tan atrás como el Diluvio en el s. 24 a. C. (ver mi artículo sobre los Samotheans). Ahora solo tenemos libros de historia que no nos dicen nada antes de la llegada de Julio Cesar en el 55 a. C. Todo lo pre-romano es simplemente "edad de piedra" o "edad de bronce". (Mike Gascoine: " Why All The Fuss About Geoffrey?")
(Mike Gascoine: " Why All The Fuss About Geoffrey?")